martes, 1 de diciembre de 2009

Verse Bien, Estar Bien.

Les transcribo el artículo aparecido en la revista de Jockey Salud, de autoría del doctor Nelson Raúl Morales Soto, Medicina Interna. ¡Está dirigido a todas las edades!

¿Es suficiente verse bien para estar bien?
Las personas, por lo general, queremos vernos y sentirnos bien. Nos sentimos bien cuando alcanzamos el adecuado bienestar físico, mental y social. Así define la "SALUD" la Organización MUndial de la Salud, OMS. Verse bien implica una serie de convencionalismos que guardan relación con el entorno cultural y geográfico y la época en que nos tocó vivir. Con nuestra edad y la opinión del círculo de amistades que compartimos.
¿Una buena imagen corporal es sinónimo de buena salud?
Es frecuente escuchar en la consulta médica la contradicción entre la madre, preocupada por la delgadez de la hija adolescente, y el descontento de está porque se vé muy gorda.
Nuestra imagen y la percepción propia y ajena de ella, es parte de nuestro bienestar y, aunque el gusto por las proporciones corporales ha sido influido por modas y culturas, el aprecio por la armonía y la belleza son permanentes a través del tiempo. Verse bien podría entenderse cmo una necesidad subjetiva del ser humano en su afàn por la belleza física.
ESTAR SANO ES ESTAR BIEN POR ADENTRO Y POR AFUERA.
Los cuerpos de los seres vivos son máquinas prodigiosas que espontánea y silenciosamente van reparando pequeñas alteraciones o afecciones. Esa capacidad es a veces insuficiente para regular distorsiones químicas (afecciones metabólicas) o controlar invasiones por agentes vivos (infecciones) que, finalmente pueden transformarse en enfermedades. Determinadas molestias (síntomas) son indicadores de aquellas.
No es raro que tengamos síntomas discretos pero recurrentes como, dolor de cabeza al atardecer, dolor abdominal a intermitencias, mareo al levantarnos en la mañana entre otras. La preocupación aparece cuando nos enteramos que un conocido nuestro murió por cáncer o algún otro mal que fue precedido por los síntomas que silenciosamente soportamos. La mayor parte de síntomas se producen por alteraciones funcionales y pueden no ser peligrosos. Pero algunos son señales de alerta que algo está ocurriendo insidiosamente. Ese algo podría ser riesgoso.
Comunmente portergamos la consulta con el médico aduciendo falta de tiempo. Sin embargo, detrás de esas justificaciones subyace el temor a los resultados de la consulta. Esconder el temor o los males no los cura. Solo posterga afrontar el problema.
Cuando un súbito dolor en el pecho nos corta la respiración y sentimos desfallecer, nos percatamos que la salud es el mas preciado bien que tenemos. En ese momento pierden significación todas nuestras posesiones y nos damos cuenta que, lo repetidamente desdeñado: NUESTRA SALUD, ES EL COMIENZO Y EL FINAL DE TODO.
¿Tendré otra oportunidad?
Bajo tal perspectiva revise su agenda y pregúntese: ¿Cuàl de estas actividades está por encima de mi salud? Si usted ofreciera a sus menores hijos alternativas para el futuro, con toda convicción le dirán "Estar contigo". En sus ojos no solo hay afecto, también la expectativa de vivir muchos momentos juntos.
La vida es eso: COMPARTIR UNA EXISTENCIA FELIZ.
Las personas para estar sanas, requerimos una alimentación balanceada, ejercicio cotidiano, líquidos abundantes, esparcimiento sano, cultivar la serenidad y dormir lo necesario. Eso es justo lo que la gran mayoría de personas no hacemos. Vivimos perseguidos por el tiempo y por las obligaciones, portergamos nuestro cuidado. Estar bien es sentir bien nuestro cuerpo, nuestros afectos y nuestra espiritualidad. Dele un espacio a la generosidad, es una buena fuente de mutua autoestima. La tolerancia, la risa y la oración son buenos hábitos de vida.
La consulta con un médico internista, el clínico, no solo es un diagnostico y un tratamiento, es también consejería. Es conocer las opciones para que todo siga bien o para mejorar lo actual.
Regálese una hora, dedíquela a su salud. A asegurar el bienestar de los suyos. La detección temprana de enfermedades crónicas y silenciosas permitirá un control oportuno que redundará en mejores perspectivas del futuro que todos queremos para los nuestros.

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